viernes, 23 de enero de 2009

Relatos de miedo por capítulos: "El Encargo"


Capítulo II


La casa del lago sigue igual de cómo yo la recordaba, una casita de madera rodeada de árboles con el lago en frente, como si la hubieran sacado de una novela, como cuando el escritor de éxito se retira allá a escribir por que se ha quedado en blanco y le empiezan a pasar cosas raras, inspirador. Mi amigo Henry, amante de hace tiempo, me deja con su coche en la puerta, descargamos las maletas y el portátil, mi joya mas preciada, y me dispongo a abrir la puerta con las llaves que Harry me ha dado, la cerradura esta oxidada, lo que en principio fue un nidito de amor se ha convertido en un lugar apartado y olvidado, como su matrimonio. Finalmente conseguimos abrir, los haces de luz que entran por la ventana dejan ver todo el polvo que se ha acumulado durante años, todo el mobiliario está cubierto por sábanas.

- “Ideal para escribir historias de terror” – Henry habla por decir algo, yo le sonrío y dejo las maletas en el suelo.

- “Voy a ver si hay algo de alcohol en la despensa” – esa casa puede llevar años cerrada pero apostaría lo que fuera a que el mueble bar está lleno.

- “Veo que no has dejado tus malos hábitos” – Ahora le ha dado por sermonearme, el dirá lo que quiera pero cuando estaba conmigo no había quien le siguiera la juerga.

- “¿Me vas a hablar tu a mi de hábitos?, además, es solo una copa para aclimatarme al nuevo entorno, voy a pasar aquí mucho tiempo, tengo que sentirme como en casa” – Por fin encuentro lo que buscaba, bourbon nada mas y nada menos, este Harry a veces hace las cosas bien.

- “Si bueno, lo que tú digas. Escucha, me voy, ya se me ha hecho tarde y mañana me toca madrugar”.

- “¿Qué dices?, ¿no me aceptas ni una copa?” – Se que va a decirme que no, ya se conoce el rollo, primero una copa, después otra y nos terminamos liando, a la mañana siguiente nos arrepentimos los dos y no nos hablamos en meses, el prefiere seguir hablándose conmigo, a mi la verdad es que un par de meses de silencio me compensan si echamos un polvo.

- “Sabes que no, además, a Laura no le ha hecho mucha gracia el que te trajera hasta aquí, si tardo mas de la cuenta me busco una bronca”. – Oh claro, Laura. Es su nueva novia, una tipa obsesiva y muy celosa, últimamente se las busca así, aunque parece que con esta la cosa va en serio, hasta están pensando en vivir juntos, conmigo nunca se le hubiera ocurrido.

- “Allá tu. La verdad es que es mejor así, ya me están dando ganas de ponerme a escribir, tengo que aprovechar estos momentos de inspiración” – Siempre se me ha dado muy bien mentir pero nunca he podido retener a un hombre cuando lo he necesitado.

- “Me parece muy bien, a ver si con este encargo te pones a escribir en serio y consigues un trabajo de verdad” – sermones otra vez – “Por cierto, ¿como llevas lo de tener que escribir historias de terror?, que yo sepa a ti nunca te gustaron esas cosas”.

- “Como nunca me gustó escribir recetarios de cocina pero alguien tiene que hacerlo, además, me he traído libros y películas de los clásicos para que me ilustren en el género, una vez me empape del tema empezaré a parir historias como churros” – miento otra vez, pero en esta ocasión se me nota y eso es por que ya estoy aburrida, si no te quedas a follar mejor lárgate.

- “Me alegro de que estés animada con este nuevo trabajo, ya sabes que si tienes algún problema no tienes mas que llamarme, aquí estas muy sola y demasiado apartada de todo, en serio cualquier cosa, ya sabes” – se acerca para darme un abrazo casi como el de un hermano y me da tiempo a oler su cuello, ya no es el mismo olor de antes y eso me deja fría.

- “No te preocupes, estaré bien, ya te iré contando como va mi aventura” – apoyada en el quicio de la puerta veo como se aleja hacia el coche, una vez allí se da la vuelta y me lanza un beso con la mano, yo hago el paripé de cogerlo y me río haciendo un gesto como de “vete ya, pesado”.


El coche hace ya rato que se fue, y yo sigo en la puerta, hasta este momento no me había dado cuenta de lo silencioso que se ha quedado todo una vez se han callado los pensamientos de mi cabeza, echo un último vistazo al paisaje y respiro profundamente, ya es hora de que ordene mis cosas y me instale en esta casa, traigo todo lo que necesito para un par de meses y la idea de estar desconectada de todo el mundo es algo que me llena de tranquilidad, si todo sale bien creo que me quedaré aquí algún tiempo mas, la ciudad ha llegado a cansarme y la gente también, aquí no tengo que dar explicaciones de lo que hago o lo que dejo de hacer con mi vida. Ahora entraré en casa, rellenaré mi copa y pensaré como demonios escribo historias que te pongan los pelos de punta.

1 comentario:

Rom´n dijo...

yo ya me estoy cagando... muy bueno.